¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
Boletín El Avizor No. 64 – Julio/Agosto 2016
¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
Boletín El Avizor No. 63 – Mayo/Junio 2016
¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
Boletín El Avizor No. 62 – Marzo/Abril 2016
¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola […]
