A la señorita Carmen Pola
Dime, niña, niña o hada,
la de la dulce mirada
toda llena de esplendor
de cabellera dorada
por la espalda desatada
la que parece una flor.
Di, niña, cómo lograste
ese mágico contraste
de tu cuerpo en el crisol
y uniste mágico broche
a tus miradas de noche
tu cabellera de sol.
Rubén Martínez Villena
Hexaedro rosa (1921)