Carta a su esposa (20 nov. 1930)

Sujum, 20 de noviembre de 1930.

Chelusca querida:

Hace varios días que, al enterarme por un papel de Vivó que en Cuba no sabían de mí —pues tú le escribías preguntándote—, te escribí una carta por triplicado y la envié por tres vías distintas. Ayer recibí una postal de Gonzalito, el de Nueva York, que está en Moscú en la Escuela» en la que me dice que Vivó le escribe que en Cuba dicen que me he muerto. Imagínate mi angustia en pensar que no obstante mis esfuerzos tú no sabes de mí: yo te he escrito ocho cartas en total y parece que sólo has recibido una. De ti tengo cuatro cartas, pero la última fechada el 30 de septiembre, el día de los  sucesos de la Universidad. Parece que los compañeros de Moscú, a los cuales dejé encargados el 6 de octubre que enviaran dos cartas mías a ti, y a los cuales he enviado luego tres cartas mías desde aquí, no se han ocupado de nada. Ahora ésta te la voy a enviar por dos vías, directamente y por Nueva York, aunque no sé si Jorge se encuentra allí: pero la dirigiré a Helena, la compañera de la I.L.D.

Yo he mejorado bastante. He aumentado ya diez libras en un mes y una semana. Los médicos aquí me dicen que debo permanecer en el sanatorio hasta abril, pues aunque el invierno en Moscú no sería malo para la enfermedad, acaso sea malo para mí por ser yo de un país tropical. Ahora aquí hay un poco de frío: esta mañana hizo cinco grados. Me siento mejor.

Me parece que hace mil años que no te veo y que no sé de ti. ¿Qué pasará? ¿No escribirás pensando que me he muerto? ¿Se  ex traviarán tus cartas? Tengo unas ganas inmensas de verte, de vivir y de trabajar otra vez contigo. ¡Cuánto quisiera que volviéramos a estar (con salud) en Nueva York!
Chelusea, escribo poco y muy aprisa. Para alcanzar la hora del correo.

El informe que hice para la Conferencia Latinoamericana de los Partidos y que Junco quedó en pasar en limpio y mandar a Cuba, lo han llenado de errores grandes y se comieron una parte, ¡qué calamidad! ¡Escríbeme, Chela mía! ¿Cómo estarás? Mía de mi corazón! Besos de

RUBÉN.

 

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