Semilla del Ensueño, la gota milagrosa
en una falsa muerte la Paz nos anticipa,
y orna la paz de imágenes. El alma, que reposa
la secular fatiga, ve como se disipa
su gran Dolor en una voluta caprichosa.
Humo que de la torpe materia la emancipa:
ensaya el vuelo ansiado la triste mariposa
a la crepitación caliente de la pipa…
¡Oh, la espiritualísima sensualidad del opio!
En el laboratorio del universo propio
se aduerme al fin la vieja demencia del análisis,
y el fumador, que a ratos su embriaguez desintegra,
hace brotar, luchando con la dulce parálisis,
un vasto ensueño rosa de la pildora negra.
Rubén Martínez Villena
La pupila insomne (1924)