Largolento en monorritmo de “A”
Y esta perenne abulia; esta inercia del alma
que no siente: ni espera ni rememora nada:
ni una ansiedad siquiera para el futuro: calma;
calma: ni una nostalgia de la vida pasada.
Pausas que se dilatan en la quietud amarga;
el mismo tema diario se repite y se cansa;
la materia inactiva se degenera en larga
putrefacción creciente, como de linfa mansa…
Y esta es la paz callada. Ni un ímpetu de ala.
Tan sólo el verso arrastra su cansancio y escala
penosamente el duro silencio, se levanta
sobre el labio en un gesto de sonrisa macabra,
mientras la mano en garfio me estruja la garganta
¡para exprimir la gota de hiél de la palabra!…
Rubén Martínez Villena
Insuficiencia de la escala y el iris (1923)