Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado

El Día Internacional del Títere se creó con el objetivo de aumentar el conocimiento sobre las marionetas en otros ámbitos culturales y el impulsor de la iniciativa fue el titiritero iraní Dzhivada Zolfagariho en el año 2000.

Dos años después (2002) la Unima oficializó la fecha y el 21 de marzo de 2003 se realizó la primera celebración.

Teatros, instituciones culturales y educacionales, plazas y parques son testigos por estos días de este certamen titiritero que incluye pasacalles, exposiciones, homenajes, y encuentros de superación e intercambio entre colegas, estudiantes de teatro y público en general, según el sitio Cubaescena.

En Cuba distinguen especialmente las ejemplares prácticas teatrales y  pedagógicas de Ignacio Gutiérrez; la profunda labor investigativa de Freddy Artiles y de Esther Suárez Durán, profesores como Rine Leal, Mario Rodríguez Alemán y José Antonio Scarpenter, interesados en formar a las nuevas generaciones, a los niños desde el triunfo de 1959. Así surgieron “Los Barbuditos” que más adelante se disuelve y en 1962, en el área de arte universal del Museo de Bellas Artes, se crea “Pioneros”. En el Plan de Teatro Infantil del Parque Lenin se sitúa el Grupo Teatral Rita Montaner. En 1963 nace el Teatro Nacional de Guiñol con los hermanos Camejo a la cabeza. Existió un boletín Titeretada de corta vida, que fue la primera publicación de su tipo (1956) hasta 1966. Después de la fundación del Ministerio de Cultura en 1976, surgen Okantomí, también el Joven Teatro de Marianao, bajo la guía de Bebo Ruíz. En la Isla de la Juventud se crea el grupo La Toronjita Dorada, también el Guiñol Rabindranath Tagore, en Remedios, el Guiñol de Santiago de Cuba, el Guiñol de Santa Clara, el Guiñol de Camagüey. En Matanzas, el Grupo Papalote que cuenta con los diseños de Zenén Calero y la notable figura de Rubén Darío Salazar. Justo es mencionar al Guiñol de Guantánamo, al de Cienfuegos y el grupo Los Zahoríes de Las Tunas. El Guiñol Caballito Blanco de Pinar del Río y el Titirivida, también pinareño. En La Habana, el Teatro Nacional de Guiñol es dirigido desde el 2000 por el notable Armando Morales, fallecido en 2019. En 1994 Rubén Darío Salazar y Zenén Calero crean en Matanzas Teatro de Las Estaciones. En fin, todas las provincias cubanas han desarrollado una meritoria labor en el acercamiento del teatro para niños y los títeres a la población infantil, juvenil y adulta.

Al igual que la Editorial Gente Nueva, Pueblo y Educación, Letras Cubanas, Ediciones Unión, Ediciones Vigía, Ediciones Alarcos, y otras, han juntado esfuerzos para dar importantes pasos que garantizan con títulos importantes y revistas, el desarrollo del teatro para la meta martiana “Lo que queremos es que los niños sean felices”.

Hacer posible la transmisión de valores humanos es la meta de La Colmenita, cuya primera función fue en Teatro Carlos Marx el 3 de abril de 1994 bajo la dirección de Carlos Alberto Cremata y todos comprobamos que a ella se acercan los pequeños con deseos de vivir y de jugar, de descubrir el mundo, de hacer amigos.