Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Niño, por amor a ti, tengo el deber de amar tus llagas, curaré tu dolor y si algo en ti es distinto amaré lo que haya de distinto en ti.
Y si tus ojos no ven, seré tus ojos que no ven.
Y si tu boca no habla, seré tu boca que no habla.
Y si tus piernas no pueden avanzar, yo seré tus piernas.
Y nadie agregará a tu dolor la maldad o la ignorancia de no entender. Y nadie te tendrá lástima, sino amor.
Texto tomado de: Declaración de los deberes del amor. Artículo décimo séptimo. Autora: Excilia Saldaña, (La Habana, 7de agosto de 1946 – 20 de julio de 1999).