Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Lo más profundo que transmitimos a los demás es lo más cercano, los propios valores, las actitudes de la vida cotidiana: la responsabilidad, la verdad, la confianza en los otros… Educar es siempre transmitir o enseñar algo, y para enseñar algo, hay que creer en ese algo y saber en qué consiste para vivirlo.
El camino hacia la lectura comienza desde que los niños son muy pequeños; y esto no se refiere a la etapa del círculo infantil, sino a los primeros momentos en que el niño llega al mundo. El recién nacido está preparado para recibir de sus padres el cariño, los abrazos, la alimentación y los cuidados, también está listo para recibir el primer acercamiento a las palabras desde las canciones de cuna, desde una conversación, desde un juego.
El aprendizaje requiere de acompañamiento. Cuando los padres son lectores, los hijos tienen muchas más posibilidades de aprender a amar la lectura.
Un padre o un abuelo que por dificultades en la vista no pueden leer, no dejan por ello de ser el primer y más importante “mediador” de la lectura porque tienen de todas formas en su interior muchísimos cuentos y anécdotas que compartir con los pequeños.