Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Jutía, conejo, pájaro carpintero, pavos reales: Fa, Fe, Fi, perro, guanajo, cotorra y chivo son los personajes que actuarán para los lectores de Los tres pavos reales. Todos estos personajes pertenecen al teatro de títeres que es lo que más le gusta escribir a Ignacio Gutiérrez que es ante todo un actor para niños que estrena muchas obras y eso es, según él, lo que le hace una persona muy feliz.
Los tres pavos reales, aprenden en esta obra exactamente lo que aprenderán todos los lectores: hay que ser humildes, hay que escuchar los criterios de los demás, hay que ganar amigos, hay que escuchar y respetar a los vecinos, hay que ayudarse entre todos para salir adelante juntos y vencer las dificultades. Todo eso lo aprenderán los lectores aunque se hayan reído mucho durante la obra porque Ignacio a veces se convierte en títere y los títeres lo manipulan a él para que se divierta más.
Es muy cierto que ver la obra interpretada en el escenario de una sala teatro es muy superior a disfrutarla en lectura silenciosa porque el lector se pierde el montaje y toda la escenografía mas la destreza de los actores. El arte escénico permite el desarrollo personal en tres planos: el físico, que ayuda a los niños en la expresión corporal, desplazamiento, gesticulación, modulación y manejo del volumen de voz. En lo intelectual, el niño ejercita la memoria, aprende a controlar las emociones pues es un arte que se vive en colectividad y, por lo tanto se aprende a escuchar y a evaluar otras posiciones ante la vida y a respetarlas.
El dramaturgo Ignacio Gutiérrez Díaz (La Habana, 27 de noviembre de 1929 – 6 de febrero de 2007) es autor de 27 obras de teatro publicadas y de 30 obras estrenadas por distintas compañías de teatro.
Su retrato forma parte de la Galería Eduardo Muñoz Bachs de los Premios La Rosa Blanca de la literatura infantil y juvenil que puedes visitar en la Biblioteca Pública Provincial Rubén Martínez Villena, en la Plaza de Armas, Habana Vieja.