Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Te llenará de asombro y admiración saber que las Cartas a Carmina no son producto de una inspiración para dar a la luz una obra literaria. Estas cartas son reales o fueron reales cada una en el momento en que nacieron para vencer la distancia entre la autora y su nietecita que se encontraba en México.
La dulce abuelita Ivette Vian logra la frescura y la graciosa dulzura de una niña cuando escribe estas cartas llenas de la magia y la fantasía propias de la infancia. Ivette escribe como una niña escribiría a otra niña si hubiera recibido de pequeña una flor por corazón. Las anécdotas que la abuelita le cuenta a su pequeña nieta están llenas de una ternura muy especial, esa que uno va perdiendo cuando empieza a ser mayor porque ya no te regalan la atención, los caramelos y dulces que antes no te faltaban, porque todos estaban embobados escuchándote, paseándote, haciéndote reír y inventando cosas para ganarse tu amor y tus abrazos.
Todos los personajes que aparecen y vuelven a aparecer en Cartas a Carmina: la ovejita blanca, el gato Mimí, Oshín la jicotea, el perrito de costa, los periquitos australianos, Mimí segundo, la colección de caballitos de la abuela, Nelo, Wendy y muchos más, seguro harán que el Fin de Año de muchos niños y abuelos lectores sea el mejor que puedan recordar por mucho, mucho tiempo y si tenemos en cuenta que Ivette le explica a Carmina la historia de los Reyes Magos, el bajito y gordo, el alto y elegante y el negrito con capa de piel de tigre que traen regalos a los niños cada 6 de enero (el 6 de enero está muy cerquita ya), entonces… ¡A correr a buscar el libro! ¿Dónde? En nuestra Sala Infantil, también en las bibliotecas provinciales y municipales de toda Cuba.
Ivette Vian Altarriba (Santiago de Cuba, 23 de diciembre de 1944) es una autora que siempre se ha comunicado con los niños y niñas de una manera inmejorable.
Muchas son sus obras y desde ya están invitados a disfrutarlas en la amplia colección que posee la Biblioteca Pública Provincial Rubén Martínez Villena, Obispo 59 frente a Plaza de Armas, Habana Vieja.