Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Sandokan, El Tigre de la Malasia, te invita a la aventura por la justicia, el honor, la imaginación
Sandokan es el aventurero químicamente puro a pesar de los revestimientos vengadores y políticos contra el colonialismo británico. Alto, fornido, con cerrada barba negra, ojos de fulgor incontenible bajo espesas cejas, tez fuertemente morena, aire dominador, paso elástico y felino. Carácter introvertido, dado a la melancolía y la meditación pero lleno de arrojo y capaz de ejecutar las acciones más arriesgadas sin vacilar. Riguroso y hasta cruel pero generoso y compasivo con los débiles o perseguidos. Valora ante todo la libertad e independencia. Exige fidelidad absoluta y amistad incondicional y orgullo sin límites. La fuerza del héroe es su ética y los concretos afanes libertadores que cada época alienta. Sandokan es un símbolo subversivo. Él sostiene que todo el que no quiera morir esclavo debe ser protagonista de su propia pasión. Tiene a su lado al astuto y sereno Yáñez de Gomera, les cubren las espaldas Tremal-Naik y el enorme Sambigliong junto a todos los tigrecitos malayos dispuestos a dejarse matar sonriendo por su Tigre de la Malasia (príncipe de Borneo, desposeído y aniquilada su familia). Sandokan declara la guerra a Inglaterra a bordo de El Rey del Mar el 24 de mayo de 1868.
Emilio Carlo Giuseppe María Salgari nació en Verona, Italia, el 21 de agosto de 1862. Dos décadas después y tras trabajar como piloto náutico y emprender algunas travesías por Asia, África y el Caribe, publicó su primer relato en el periódico La Valigia. En octubre del mismo año nació El Tigre de la Malasia, la novela que daría origen al célebre Sandokán. Salgari es un inolvidable novelista de la acción y de lo exótico. Sus defectos literarios tienen un especial encanto.
El escritor Fernando Savater ha dicho: “Hay poetas de lo íntimo que escriben hacia adentro y poetas de lo exótico y remoto, que escriben hacia fuera y a lo lejos. A esta última tripulación perteneció Salgari…”.