Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Los primeros días de cada agosto, el 4 y el 9, traen a la memoria el nacimiento de dos enormes figuras cuyas vidas no se miden por la cuenta estricta de los años pues su entrega superará todos los calendarios: Esteban Manuel Llorach Ramos (Matanzas, 1950-2019) y Mayra de los Ángeles Navarro Miranda (La Habana, 1947-2019).
Él, Premio Nacional de Edición 2003; ella, Máster en Educación por el Arte y Animación Sociocultural y maestra de generaciones de narradores orales, ambos con las mayores distinciones nacionales y con reconocimientos en el exterior.
Sus espíritus envidiables hallaron el camino en el que podían aportar beneficios y felicidad a la cultura nacional. Buscaron la forma de servir contando el tiempo en latidos y la encontraron en especial para la infancia y la juventud.
Nuestra biblioteca continuará esparciendo de aula en aula el hermoso legado de sus vidas para que los jóvenes lectores sigan creciendo de su mano. Ciertamente la muerte apagó dos lámparas pero nunca podrá apagar su luz.
Sus retratos y sus historias de vida se conservan en la galería de los premios La Rosa Blanca, el más importante reconocimiento entregado por la Sección de Literatura Infantil y Juvenil de la Uneac, que se encuentra en el lobby del primer piso frente a las salas para niños y adolescentes y junto a nuestra sala-teatro que tantísimas veces honraron con su saber y su arte.