Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
Pelo entrecano, eterno tabaco y guayabera. Raúl Ferrer
“Primer Hijo Ilustre de Yaguajay”. Raúl Ferrer nació el 4 de mayo de 1915 en Meneses, municipio Yaguajay, provincia Sancti Spíritus –aunque en su inscripción de nacimiento consta 1 de julio–. Ejemplo de maestro y poeta comprometido con su patria y con las ideas de Martí que con entusiasmo, optimismo y admiración llevó día a día para convertir la escuela en motivo de alegría. Para él la escuela era un centro de promoción cultural.
Su labor como Maestro Cívico Rural en la escuelita del Central Narcisa, marcó su vida con los días más felices para sí y para sus alumnos. En cierta ocasión, un periodista quiso saber si él se consideraba más poeta que maestro, o viceversa, a lo que Raúl respondió de inmediato: “Aprendí a ser pedagogo para la poesía, como a ser poeta para la pedagogía”.
Su escuela era pobre pero con muchos libros, entre ellos, las obras completas de Martí. Tampoco quería “rincón martiano”, no, Martí estaba en el centro del aula y al pasar lista cada escolar debía decir una frase del Apóstol y antes de empezar la clase cantaban una composición de Raúl sobre Martí.
Para él, la poesía que convence es la que el pueblo lleva en el corazón porque habla de él y de su dolor.
Ni verso para hacerme corona
Ni verso de acicate a mis instintos
Ni una mesa de versos
Ni versos para el llanto
¡Mejor los llevo al cinto! (como arma martiana)
En 1961 labora como vice coordinador nacional de la Campaña de Alfabetización y más tarde presidió como coordinador nacional la Campaña Nacional por La Lectura, cruzada heredera de las Batallas por el 6to. y el 9no. grados, cuyo objetivo era convertir a los cubanos en un pueblo lector.
“La lectura no es una simple asignatura, es una facultad para dominar todos los conocimientos. Cuando el niño nace, la lectura lo espera para el complemento de su personalidad. Por eso no nos cansaremos de repetir que el libro es un gimnasio intelectual donde el cerebro se entrena en sus complejas operaciones mentales que profundizan las cuestiones del pensamiento y del talento”.
El retorno del maestro fija de la mejor manera la función de la poesía.
Obra poética publicada por Gente Nueva en 1990—unos 160 versos cortos con grandes enseñanzas y emociones que quisieras siempre guardar como un tesoro en tu memoria.
De sus románticas aventuras en la escuelita del central Narcisa, les recomiendo acudir al libro de cuentos Sueños y cuentos de la niña mala, del escritor spirituano Julio M. Llanes, precisamente por su condición de alumno en aquel plantel donde aprendió las primeras letras aquella “Niña Mala”.
Raúl Ferrer Pérez fallece el 12 de enero de 1993. Durante el duelo, Enrique Núñez Rodríguez dijo: “Martí y los mejores maestros de la historia, lo recibirán como un hijo”.
Poeta de la infancia, del hogar y del amor materno
Poeta, narrador, filósofo y compositor, Rabindranath Tagore nació en Calcuta, India, en el hogar de una rica familia bengalí, el 6 de mayo de 1861 siendo el menor de 14 hijos y fue enviado a Inglaterra a estudiar. Empezó a escribir poemas desde muy joven y publicó los primeros cuando tenía 17años. También escribió obras de teatro y novelas y cuentos. En sus obras trató de mezclar las mejores tradiciones de las literaturas India y europea. Escribió canciones apoyando el movimiento por la independencia. En 1919 en señal de protesta tras la masacre de Jaliyaanwua, rechaza el título de Caballero que le había concedido la Corona Británica en 1915. Tagore mereció el Premio Nobel de Literatura en 1913 (primer laureado no europeo). Una canción escrita por él, fue adoptada como himno nacional de la India en 1950.
El Juez
Di de él, Juez, lo que quieras, pero yo conozco las faltas de mi niño.
Si lo amo no es porque sea bueno, sino porque es mi hijo.
¿Qué sabes de la ternura que puede inspirar, tú que pretendes hacer exacto inventario de sus cualidades y sus defectos?
Cuando yo tengo que castigarlo se convierte en mi propia carne.
Cuando lo hago llorar, mi corazón llora con él.
Solo yo puedo acusarlo y reñirle, pues solo quien ama tiene derecho a castigar.