Por Juliana Uribe y Dianet Armenteros
En la sesión de hoy, el espacio de la tercera edad Lectura con Juliana continúa con la segunda parte de su “Café: El ritual del buchito” de la revista Excelencias Gourmet, para aproximarnos a su historia.
Café. Un poco de historia
De evidente origen árabe —kaffa o kahwaf, que significa bebida vegetal— se asume la llegada del café (Coffea arábica) a América desde París, alrededor de 1723, a manos de Gabriel Mathieu De Clieu, quien trasladó la primera planta a la isla de Martinica, entonces colonia francesa, donde encontró un favorable hábitat para su posterior propagación por el Nuevo Continente.
En Cuba se asume su introducción en 1748 por José Antonio Gelabert, plantando los primeros cafetos en la localidad de El Wajay, muy cercana a la ciudad de La Habana; aunque la mayor proliferación de su cultivo e industria acontece a finales del siglo XVIII, debido a la gran inmigración franco-haitiana. Desde los territorios que hoy demarcan las provincias de Guantánamo y Santiago de Cuba, las plantaciones se extendieron hasta la parte más occidental de la Isla. Los emigrantes y descendientes de españoles, sobre todo los procedentes de Islas Canarias, fueron los principales impulsores de este cultivo en el centro del país.
Actualmente se identifican tres zonas productoras principales, ubicadas en los macizos montañosos de Sierra de los Órganos, en el occidente; Guamuahaya o Sierra del Escambray, en el centro; y Sierra Maestra y Nipe-Sagua-Baracoa, en la región oriental.
Tomado de: Revista Excelencias Gourmet, número 48, año 2016.
Ver también: Café: El ritual del buchito. Por Jorge Méndez Rodríguez-Arencibia. Disponible en: Excelencias Gourmet.