Por el promotor de lectura Adrián Guerra Pensado
En busca del paraíso sin salir de casa
La lectura en voz alta es una vieja costumbre que conviene recuperar ya que es un buen camino para contagiar el placer de leer. Si de alguna manera padres y profesores pueden transmitir este placer, es por contagio. Sólo comunicamos con pasión aquello que a nosotros mismos nos apasiona.
Pocos son los niños a quienes no les gusta que les lean en voz alta, que se resistan al placer de escuchar. Necesitamos, principalmente una buena historia, tiempo y ganas de leer. Quien lee debe conocer bien la historia para saber dar la entonación requerida en cada momento y esto es una cuestión clave pues quien lee deja al descubierto su conocimiento o su ignorancia del texto, su buena relación o no con el mismo.