¿Por qué Tolle, Lege? (Toma, Lee) Un día San Agustín, violentamente agitado por las vacilaciones que precedieron a su conversión, se había refugiado en un bosquecillo para meditar y oyó una voz que pronunciaba estas palabras: “Tolle, lege”. Mirando entonces un libro que leía su amigo Alipio, leyó una epístola de San Pablo que decidió su conversión.
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