Naciste para mí, tal es tu arcano.
Mi amor vidente desgarró su velo.
Bajarás hasta mí, luz de mi cielo,
como el rayo de sol hasta el gusano.
Naciste para mí; tarde o temprano
con tu ternura calmarás mi duelo.
Tus ojos llorarán mi desconsuelo
y cerrarán mis párpados tu mano.
¡Qué importa que no sepas mis dolores
o desprecies la voz de mis amores
en la soberbia de tu orgullo frío!
¡Yo sé que mi cariño ha de vencerte,
y un vaivén infalible de la suerte
ha de juntar tu corazón al mío!
Rubén Martínez Villena
Hexaedro rosa ( 1921)