A Rafael Esténger
No tenía más que un intento de lumbre
—una llamita apenas, una chispa—
¡y vino un huracán y lo acabó!
No tenía más que una gota de agua
—una gotita pura— ¡y el sol se la bebió!
No tenía más que un vestigio de oro
—una arenilla, un polvo— ¡y lo perdí!
¿Qué me resta? —me dijo—. ¡Te resta la Vida!
(Y todo esto era mi poquito de Vida, y ya lo viví.)
Rubén Martínez Villena
La pupila insomne (1922)