Sujum, 7 de diciembre de 1930.
Ásela querida:
Ayer, día 6, día de tu cumpleaños y tu «santo», te escribí una carta, bastante desesperado por no tener noticias de ti y suponiendo los muchos peligros que corres y las cosas que pueden ocurrir en Cuba. Eché la carta a las dos de la tarde; y a las cinco y media me entregaron dos cartas de Moscú: una contenía un sobre, escrito por tu mano, y dentro una carta de David52 y dos manifiestos. En el de Defensa Obrera Internacional están escritas por ti unas palabras, tres líneas, pidiéndome dirección para literatura. Por lo que dice el sobre veo que estás enterada del sitio en que estoy. Por las pocas líneas que escribes, supongo que antes me has enviado una carta —que no he recibido aún, tu última en mi poder tiene fecha 30 de septiembre—. La otra carta de Moscú era de Gonzalito (que está en la Escuela Leninista), y me copiaba parte de una información del New York Times del 14 de noviembre, hablando de choques en las calles de La Habana, muertos, heridos, arrestos en masa, suspensión de las garantías en La Habana y sus alrededores, del ejército patrullando la ciudad, etcétera. Parece haber habido un serio motín, con choques en diversos sitios de la ciudad. Se habla también en lo que me copia Gonzalito, de suspensión de la Marina y El País, de una apelación de Of. Don. al Ejército, y de una mujer herida. Como la carta de David tiene fecha 7 de noviembre ya comprenderás mi desesperación. No tengo ni el recurso de pasar un cable a Cuba preguntando por ti, ¡no sé qué voy a hacer! Al mismo tiempo, imagina mi angustia al ver precipitarse los acontecimientos —que previmos—, pero estando tan lejos del teatro de la lucha.
¿Estarás herida? ¿Te habrán asesinado en un tiroteo? ¿Estarás presa? ¿Qué ocurrirá? ¿Y qué hace el Partido? ¿Qué los Nacionalistas? ¿Qué papel han jugado uno y otro en estos acontecimientos últimos? ¿Qué es del Chico, está ya repuesto de su enfermedad? Hay que cuidarlo mucho. El Partido, ¿se ha legalizado ya francamente o no? ¿Cómo se ha portado el campo con relación a los combates de calle de La Habana? ¿Ha habido repercusión de las luchas en el interior? Quiero que, si puedes, me contestes todo eso. ¿Qué horrible cosa que no me puedas contestar! ¡Chela mía!
Tu
RUBÉN
También esta carta va por duplicado. Dime por qué vía la recibes primero. Creo que para contestarme, en lo adelante la mejor vía es por Nueva York a V., rogando la envíen por el aparato a la Profintern,53 Sección Latinoamericana a mi nombre; V. Ángel, o el de Saturnino Hernández.