Música di camera.
¿Llegas?… Se asombra, te nombra,
se enciende el duende que entiende
tu mirada:
se tiende sobre la alfombra
de tu sombra perfumada.
¿Andas?… La estatua se mueve.
Grave, leve, breve y suave
tu pie de nieve que sabe
la gracia de los minués:
en silencio y de rodillas
reverencio las sencillas
maravillas de tus pies.
¿Suspiras?… El seno heleno
se alza pleno en un sereno
anhelo azul de pecado:
—¡comba rosa!— Fuera bueno
morir, lleno de veneno,
sobre tu seno rosado.
¿Miras?… Se esponja en la cima
de la rima que te mima
una tórtola muy blanca.
¿Miras? Acecha y se estira,
se agazapa, ruge en ira
la pantera que te mira
del fondo de mi barranca…
¿Ríes?… Te adoro, te imploro:
¡rompa tu risa encantada
en mi boca!… ¡Poro a poro,
quiero beberme un tesoro
en el oro del sonoro
coro de tu carcajada!…
Rubén Martínez Villena
Insificiencia de la escala de el iris (1924)