Por: Emilio Roig de Leuchsenring
En: La Habana de ayer, de hoy y de mañana (1928)
Después de construidas las fortalezas de la Fuerza, el Morro y la Punta, aunque no se consideraba aún con ellas suficientemente protegida la Habana y resguardada de los ataques de naves enemigas, por diversas causas desconocidas o tal vez por otras atenciones más urgentes de la Corona,
se paralizó durante varios años la construcción de nuevas fortalezas, hasta que en 1633 y con motivo de la visita que por orden de S. M. hiciera a Cuba el Capitán General Marqués de Cadereyta y el Almirante Carlos de Ibarra para inspeccionar el estado en que se encontraban las tres fortalezas ya existentes, éstos, en el estudio que con otros oficiales de la plaza realizaron, creyeron conveniente, además de las obras de reparación que necesitaban esos castillos, la construcción de dos torreones en las bocas de la Chorrera y Cojímar, que sirvieran para impedir que por esos lugares estratégicos se realizaran desembarques de enemigos que pudieran internarse de tal manera en la ciudad, sorprendiendo a sus defensores y moradores y sin que resultaran efectivos hasta esos sitios los fuegos del Morro, Fuerza y Punta.
Regulado, según Arrate, el costo de los torreones en 20 mil ducados, no se empezó su construcción hasta 1646, costeándolos de su peculio los vecinos de esos lugares, lo que, como es natural, agradeció S. M. extraordinariamente.
El Torreón de Cojímar es un cuadrado que, según Pezuela, mide 26 varas en sus cuatro lados y se encuentra a 500 varas E, del Castillo del Morro y 200 del pueblo de Cojímar. Tenía 3 cañones y 18 hombres.
El Torreón de la Chorrera fué casi totalmente destruido en 1762 por la artillería de unos barcos ingleses que fondearon a hacer aguada en la desembocadura del Almendares, a pesar de la heroica defensa de Don Luis de Aguiar. Fué entonces reconstruido en forma de rectángulo abaluartado, con dos pisos. En su batería acasamatada que dá al mar, tenía cuatro piezas de grueso calibre y en la azotea dos cañoneras con emplazamientos a barbeta. Su destacamento era de 28 hombres.