Por: Jenaro Artiles
En: La Habana de Velázquez
La Habana en su época histórica, conocida documentalmente, estuvo y está asentada en la orilla izquierda de la bahía de su nombre, cerca de la boca, y en el sector del saliente de la pequeña península que ocupa la parte antigua de la ciudad de hoy. Si se quiere mayor exactitud en la localización, puede añadirse que desde la Fortaleza antigua que existe, y entonces no se había levantado aún, en las inmediaciones de la Plaza de Armas actual, hacia el sur, hasta lo que durante muchos años fué el barrio de Campeche, que comenzaba donde ahora se levanta la iglesia de San Francisco; barrio que en sus primeros tiempos no iba probablemente más allá, bahía adentro, de la actual Alameda de Paula (32).
Durante el siglo XVI y en el XVII, y en algunas partes aún hoy, se llamó y se llama “pueblo viejo” al asiento primitivo que tuvieron muchos poblados cuando por cualquier motivo, como ocurrió en La Habana, lo mismo que en Remedios, tal vez en Trinidad, en Sancti Spíritus, etc., fueron mudados de emplazamiento.
En relación con nuestra ciudad, consta que hubo dos lugares por lo menos que sucesivamente se llaman “pueblo viejo“: uno que estaba con toda seguridad en la costa sur, posiblemente a orillas del río Mayabeque y del que se ha hablado ya (33) y otro cerca de la costa norte, en la Chorrera, ribera del río Casiguaguas de los indígenas.
Ya hemos visto anteriormente cómo en el cabildo de 1o de enero de 1553 hablan los regidores de los varios asientos que había tenido el pueblo “antes queste” actual (34). Esta afirmación nos autoriza, además de a no distanciar sino lo menos posible del año 1513 (cuarenta años antes de 1553 de qué allí se habla) la fecha de la fundación de La Habana (35), a asegurar, sin género alguno de duda, que después de la primera instalación de la villa en el sur y antes de quedar definitivamente establecida en la boca del puerto de Carenas, lo estuvo en alguna otra parte; y se confirma el sentir tradicional llegado hasta nosotros, y que acreditan algunos documentos antiguos, de que La Habana estuvo asentada en la Chorrera, en la orilla del río Almendares actual.
En diferentes lugares de las actas del cabildo habanero hay referencias a este “pueblo viejo” y hasta se determina su emplazamiento en la Chorrera (36). Estas actas son principalmente las de 30 de marzo de 1552 y 19 de enero de 1554; la relación del asalto a La Habana por el pirata francés Jacques de Sores en julio de 1555, que fué redactada en Guanabacoa por el escribano del cabildo Francisco Pérez de Borroto el 23 de diciembre del mismo año, según acuerdo recaído el 12 (37); y el acta de 10 de diciembre de 1565 y la de 9 de septiembre de 1569, además de las citadas anteriormente de 1 de enero de 1553 y de 18 de marzo de 1569 (38).
Se ha llegado a determinar este primer emplazamiento de la villa de San Cristóbal de la costa norte, en la desembocadura del río Almendares actual. Y es lógico pensar que, de haber estado en la desembocadura del río, no fué sino en la orilla derecha de la pequeña bahía que forman allí las aguas, en los alrededores o en las proximidades del “torreón de la Chorrera“, que en un tiempo defendió la entrada del Almendares y sirve ahora de alojamiento a un destacamento de la Marina Constitucional. La razón de que fuera precisamente la orilla derecha de la boca, o de algún otro lugar ribereño más al interior, está en que, como ya queda recogida, según expresión de Díaz del Castillo, en el puerto de Matanzas “o cerca del tenían todos los más vecinos de La Habana sus estancias” (39), no siendo creíble que hubieran puesto entre el pueblo y sus estancias y los poblados de indios encomendados, todos a barlovento, una corriente insalvable y que sólo podían atravesar por medio de barcas (40).
Pero habremos de ver cómo no fué tampoco en la desembocadura sino en algún otro lugar de la orilla derecha del río, más arriba y más al interior, donde estuvo el “pueblo viejo” de La Habana.
Por lo menos, ni las investigaciones de todo orden que desde hace más de un siglo se vienen haciendo, ni las excavaciones con motivo de cimentación de los edificios modernos que pueblan hoy el lugar han ofrecido restos o vestigios de que hubiera existido allí ninguna villa. No se han realizado exploraciones, que sepamos, en lugares interiores apropiados y posibles asientos del “pueblo viejo“, que indudablemente existió en la orilla de la Chorrera, especialmente en la zona de Puentes Grandes de hoy o en la comprendida entre estos puentes antiguos y el relativamente moderno de la calle 23.
Yo me atrevo a sentar la hipótesis (mera hipótesis por ahora, aunque muy verosímil, mientras no se haga una investigación concienzuda), de que el emplazamiento de esta vieja Habana de la costa norte fué poco más o menos el paraje indicado, los antiguos cayos de Puentes Grandes; o que estaba situada en zona inmediata.
Por lo menos se puede afirmar que estaba más arriba de la desembocadura y no más abajo de los meandros que hace el río entre los dos puentes referidos; la parte ocupada hoy por el Bosque de La Habana, los jardines de la Cervecería La Tropical, la Papelera Moderna, etc., sin pasar, remontando la corriente, del Mordazo o del arranque de la vieja Zanja Real.
La lectura de los textos de las actas enumerados anteriormente y su estudio detenido llevan a la conclusión sentada acerca del emplazamiento del “pueblo viejo“. Indudablemente estuvo en la Chorrera. Pero esto no quiere decir que estuviera precisamente en la boca, sino en la Chorrera; nada más. Y la Chorrera es el cruce del río por la estancia de los Rojas; la de Melchor Rodríguez más tarde, la de doña Mariana Manrique en 1627; los Puentes Grandes de hoy.
Veamos a qué llamaban los habaneros de entonces la Chorrera. Se designaba con el nombre de la Chorrera (probablemente de “chorros“, tajo o angostura del río, tal vez la toma posterior del agua de la Zanja Real) a un sitio no lejos de Puentes Grandes.
La estancia de la Chorrera, según hemos visto, propiedad de los Rojas, estaba por aquella parte; el camino de la Chorrera no fue jamás el que lleva al río por la playa, que se llamó siempre expresamente el “Camino de la playa“, bordeaba el mar al píe del monte “vedado“, y no consistía sino en la estrecha franja de arena y rocas que dejaban libre las aguas en la bajamar. Lo demás del monte “vedado” en su totalidad, el Vedado actual, estaba cubierto de selva tupida e inaccesible hasta todo lo alto de la loma que corona el castillo del Príncipe, inaccesibilidad que se fomentaba deliberadamente impidiendo cortar leña y abrir caminos en él (de aquí el nombre de “vedado”) para oponer el obstáculo de la selva impracticable a cualquier ataque a La Habana por aquella parte. No había, pues, otro paso desde La Habana hasta el río que el llamado Camino de la Chorrera, que no era otro que la actual Calzada de Puentes Grandes, que salía de La Habana bordeando la ciénaga que existía entre el Cerro y la ciudad, hasta empalmar con dicha Calzada, hacia el cruce con la carretera de Rancho Boyeros, hoy.
…
Por último, admitido el nuevo emplazamiento de la villa primitiva, queda para mí resuelta una objeción que siempre me hubo de asaltar cuando pensaba en el “pueblo viejo” de la boca del río: ¿por qué fueron a instalarse los habaneros de 1519 en un lugar yermo, inhabitable y sin agua? Porque la del Almendares es salada hasta casi los meandros de que hemos hablado, más arriba de la calle 23. No se comprende el motivo de que se impusieran, sin causa que lo justificara, el trabajo penoso de subir monte arriba dos o tres kilómetros, en busca del agua potable, que habría que conducir al poblado trabajosamente. Si admitimos la tesis de los Puentes Grandes, el agua era dulce en el pueblo y tan del agrado de los vecinos, que fueron más tarde a buscarla allí mismo para llevarla a La Habana por la Zanja Real, que sigue, por cierto, aproximadamente el mismo trazado del viejo Camino de la Chorrera en su desviación por el Cerro.
Teniendo en cuenta lo dicho, es indudable la existencia de un “Pueblo viejo” en la costa norte de la provincia de la Habana, primitivo asiento en esta parte, de la actual ciudad de La Habana. Este asiento estuvo en el paraje conocido con el nombre de la Chorrera, en la orilla derecha del río Almendares.
No obstante que hoy, y desde hace más de un siglo, se le da este nombre a la desembocadura del río, en el siglo XVI se conocía por la Chorrera otro sitio interior en la orilla del río también, en los actuales Puentes Grandes o en sus cercanías.
El “Pueblo viejo” de la costa norte no estuvo, por consiguiente, en la desembocadura del río Almendares, sino en Puentes Grandes o en lugar próximo, pero siempre en la margen derecha del río.
Notas
(32) Este barrio se dice estaba habitado por indios campechanos: de ahí el nombre.
(33) Capítulo III: Primitivo asiento de la Habana.
(34) Vid. nota 17.
(35) Hemos visto cómo habiendo partido la expedición que fundó La Habana a fines de diciembre de 1513 o primeros de enero siguiente, no pudo ser la fundación antes de 1514.
(36) Véase más abajo la discusión sobre el sitio a que se daba el nombre de La Chorrera.
(37) Relación del estrago que los franceses corsarios hicieron en la villa de la Habana… en Col. de Doc. inéditos de Ultramar, t. XII, p. 49-82, sin fecha en la Colección, pero de 23 de diciembre según acta del cabildo de esta fecha, que aparece tachada en el lugar correspondiente (Actas capitulares, (originales) t. I, fol. 123 v.).
(33) Vid., n. 17.
(39) Verdadera historia t. I, cap. VII.
(40) En el cabildo de 22 de diciembre de 1584 consta que se había hecho merced al regidor Melchor Rodríguez de un corral en la Chorrera, “con que sea obligado a tener una canoa grande en que pase de una parte a la otra toda la gente que quisiere sin llevar por ello cosa alguna“.