Por: Francisco González del Valle
En: La Habana en 1841
El baile de disfraz o de carnaval, que se dio en el teatro de Tacón el 23 de febrero, a favor de la Real Casa de Beneficencia, denominado La Valentina, debe ser recordado especialmente, porque en él se bailó por primera vez un tango africano por una compañía compuesta por caballeros y damas habaneros. Dejemos al cronista del Diario de la Habana que explique el origen de La Valentina y describa el baile que con tal nombre se iba a dar en la fecha indicada:
Es costumbre muy antigua en Escocia que las señoritas elijan el 14 de febrero de cada año al primer hombre que ven después de levantarse, dándole, en concordancia del santo del día, el nombre de su Valentín, que lo es para todo el año, con el cargo de atenderla, honrarla, defenderla, acompañarla y bailar con ella en todas partes, sin que nadie se atreva a faltarle sin exponerse a las reconvenciones de los mismos Valentines, que con frecuencia se convierten en novios y acaban por casarse. La tradición de esta costumbre es antigua y venerable. Estuvo muy en boga en tiempos del feudalismo, cuando “Dios y su Dama” eran más que hoy la divisa de los caballeros, y en la actualidad aunque un tanto descuidada, no por eso deja de ser San Valentín un día grande y de grandes inspiraciones.
La Comisión de Festejos de la Real Casa de Beneficencia, aplicándola en su baile de la noche del 23, cree proporcionar a la concurrencia una nueva y grata diversión y a las señoritas una ocasión que facilite muchos enlaces. En consecuencia, y para conciliar la circunstancia principal de la práctica de Escocia, que consiste en que la suerte sea la que designe los Valentines, ha dispuesto que los billetes de entrada para señoras sean diferentes a los de los caballeros; que con cada una se acompañe otro que contenga un número que se dará por duplicado al otro sexo, a fin de que resultando el mismo en poder de una señora y un caballero, éste sea su Valentín y se busquen dentro del local recíprocamente.
A las doce de la noche en punto se verificará públicamente en el palco de la presidencia una rifa de doce onzas de oro, que obtendrá el primer número que salga en suerte y que se entregará a la pareja que lo tenga.
Diferentes comparsas han pasado aviso de que se presentarán ricamente ataviadas a bailar danzas nacionales y extranjeras. Una especialmente compuesta de caballeros y señoritas de La Habana, bien ensayados, bailará un tango de africanos, justificando con su finura que también esta danza se puede desempeñar con el decoro que el público ha admirado en la cachucha y el jaleo jerezano de la Élssler. Otras niñas han ofrecido presentarse para bailar la cracoviana y la esmolenska.
El músico titular de la Real Casa de Beneficencia Tomás Vuelta y Flores ha compuesto una contradanza con el nombre de La Valentina, que estrenará la misma noche.
El baile empezará a las 8 en punto y acabará al cañonazo del alba.
Entrada general, ocho reales por persona. Los billetes de entrada y de rifa para señoras serán impresos en tinta encarnada; los de los caballeros con negra. Se expenderán en casa del Excmo. Sr. Conde de Santovenia. El gobierno tiene prohibido que se entre en estos bailes con garrote, armas, instrumentos cortantes y espuelas.