Como parte de las actividades por el Día de la Cultura Cubana fue entregada la Distinción Calibán, que otorga el grupo Teatro Cimarrón y el Centro de Teatro de La Habana, a la centenaria Haydée Arteaga, una de las personalidades de nuestra institución.
Palabras de Gerardo Fulleda en este homenaje
La Habana, 20 de octubre de 2015
A mediado de los años 30 del siglo pasado, apenas sobrepasando los 20 años, una joven provinciana y mestiza que residía en La Habana se dio a la tarea de emprender una labor que se convertiría, sin ella imaginárselo por entonces, en el centro de su desvelo ético y su accionar social.
Conmovida por la desvalidez y la precaria existencia que en nuestra seudo república padecían, en particular los niños y las niñas, en los barrios más populosos de nuestra capital, se adentró ella en solares y escuelas no para aportar monedas que no remediarían la existencia que llevaban los infantes -las cuales, por cierto, no le sobraban en su frugal salario que percibía al ingresar, recientemente, en las filas de la obreras urbanas-; sino para intentar sembrar en ellos la semilla que germinaba en sí misma y que podría, de algún modo, ayudar a incentivar en aquellos retoños y jóvenes lo que podría aportarles, con su sensibilidad y sus apetencias: al descubrimiento del mundo de la cultura.
Su idea fundamental no fue nunca el de crear artistas en ciernes -aunque algunos de ellos alcanzaran luego esa altura tras recibir su estímulo-, sino el de crear una conciencia y disfrute de los bienes que puede aportarle, a todo ser humano: una exposición plástica, un espectáculo teatral o danzario, un concierto de música popular o sinfónica, la lectura de un poema o la narración oral de un cuento.
Con tales propósitos y armada de paciencia, constancia y rigor fue creando conciencias, despertando anhelos y abriendo caminos donde la imaginación se desbordaba, como una fuente nutricia. Y así, tras la madrugada luminosa de aquel 1ero. de enero, fue consolidando su quehacer, fortaleciendo su bagaje, enriqueciendo su diapasón que la ayudaron a alcanzar el sitial de formadora de generaciones.
Porque eso es lo que, substancialmente, esta mujer ha sido y es; aun lúcida a lo más de 100 años de existencia, sobreviviente a todo tipo de avatares; con su tenaz y amorosa entrega a una causa que resplandece entre los privilegios humanos: el de saber educar. Y que a ella le ha valido, gracias al más largo y fructífero desempeño, entre nosotros y en otras latitudes como narradora oral, el sobrenombre de: La señora de los cuentos; por ese su quehacer ejemplar con el que aún nos reta y compromete a continuar y enriquecer su estela: con nuestras raíces, sueños y anhelos. Por lo cual y mucho más, nos enorgullecemos, esta mañana, en el día de la Cultura Nacional con entregarle la Distinción Calibán que otorgan el grupo Teatral Cimarrón y el Centro de Teatro de La Habana , del Consejo Nacional de Cultura a: Haydée Arteaga.
Muchas gracias.