¡Gloria a ti!, mágico monosílabo sonoro,
porque denominaste la escala musical;
brevedad de latido; pura gota de oro
o de cieno, que todo lo encuentras: Bien y Mal.
-Mal, ¡Bien!: en una sílaba la Gran Moral cabría;
tu gracia laconiza todo lo primordial:
Dios es el monosílabo de la filosofía;
Ser es verbo-resumen del problema total.
Yo, tú, él… Yo: ¡síntesis verbal de la conciencia!
Y el sí y el no son tuyos. ¡Ave tu noble ciencia!
¡Monosílabo!: padre de las lenguas de hoy…
Nota bajo el silencio, chispa sobre el abismo.
¡Ah, si lograra un día, cribando mi hermetismo,
dar-yo-por-ti-no-más-la-voz-y-la-luz-que-soy!…
Rubén Martínez Villena
Insuficiencia de la escala y el iris (1922)